¿Realmente oró Enós durante todo aquel día?
Jaime Rico

¿Realmente oró Enós durante todo aquel día?

¿Realmente oró Enós durante todo aquel día?

julio 2, 2018
Por Noé Correa

Pregunta:

Excelente página, hermanos. No se imaginan cuánto me ayuda el poder leer cada artículo publicado. Ahora bien, desde niño me han enseñado acerca de la potente oración de Enós y lo que obtuvo pero siempre me he preguntado, ¿realmente oró Enós durante todo ese tiempo o simplemente mantuvo una oración en su mente y corazón y luego la culminó de rodillas y fue cuando obtuvo la respuesta descrita en la escrituras?

Jaime Rico (vía correo electrónico)

Respuesta:

Dentro del contexto de una larga oración, Enós describe su lucha “ante Dios” (Enós 1:2). Aunque es por tradición, a menudo se entiende literalmente, cuando Enós dice: “[C]lamé a él todo el día; sí, y cuando anocheció, aún elevaba mi voz hasta que llegó a los cielos” (v 4). Es posible que haya estado arrodillado todo el día, como implica el versículo 4. No hay nada que indique explícitamente que no pudo haber pasado.

No obstante, en la literatura antigua era común exagerar la duración del tiempo, los números y/o los hechos para enfatizar la importancia o gravedad de algún acontecimiento. Por ejemplo, en el versículo 26 Enós dice que había declarado la palabra de la verdad “todos [sus] días”. Si Enós quiso dar a entender que sus palabras se deben interpretar literalmente, tendríamos que etiquetarlo de mentiroso. No pudo haber declarado la verdad todos sus días porque ya le había dicho al lector que un día entero se la pasó haciendo oración. Además, no pudo haber estado orando de rodillas todo el día literalmente porque ese mismo día también había estado cazando bestias (v 3). El élder Bruce R. McConkie enseñó que los líderes de la iglesia “nunca en ningún momento han enseñado o apoyado el celo desmedido o intemperante que alienta oraciones interminables, a veces de todo el día, con el fin de obtener una relación personal con el Salvador”.1 Conjuntamente, los eruditos Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet lo explican de la siguiente manera:

Es dudoso que este y otros textos tengan la intención de transmitir la idea de que tales personas se involucraron en la oración formal e ininterrumpida durante tales tiempos extendidos. Pablo escribió que debemos “[orar] sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Al escribir esto, no tenía la intención de que nunca nos levantáramos de las rodillas, sino que retuviéramos el espíritu de oración en todo momento, y que tengamos, por así decirlo, una oración en nuestros corazones. Enós habría pasado el día intercalando la oración formal entre examen de conciencia, lamentación, implorando a Dios por el perdón y reflexionando sobre las promesas de las Escrituras.2

Si queremos ver el comentario de Enós sobre la duración de su oración de esta manera (para enfatizar la gravedad de la lucha que estaba teniendo “ante Dios”), podremos aprender más de lo que nos quiso comunicar en su libro corto.

Desafortunadamente, siempre se pierde algo en la traducción. La mejor traducción que existe es la de inglés, ya que origina de la obra directa de José Smith como traductor mediante el poder y don de Dios. En otras palabras, todo otro idioma en el que se encuentra el Libro de Mormón es una traducción de otra traducción. Vemos un caso específico en el libro de Enós que vale notar. La palabra traducida como “lucha” en el versículo 2 viene de la palabra wrestle en inglés. Una forma verbal (de gerundio) sinónima del sustantivo wrestle que se usa en inglés es struggling y sale en el libro de Enós tres veces (vv 10-11, 14). Sin embargo, en español perdemos la conexión porque en esos tres versículos se ha traducido con tres palabras distintas.

Enós 1:10 : “Y mientras así me hallaba luchando en el espíritu…”

Enós 1:11 : “…oré a él con mucho y prolongado ahínco…”

Enós 1:14 : “…por ahora nuestros esfuerzos para restaurarlos a la verdadera fe han sido en vano”.3

Mientras que en inglés tiene strugglings las tres veces, en español dice “luchando”, “ahínco” y “esfuerzos”. Difícilmente se podría deducir que la traducción en español viene de una sola palabra.4 Con esto vemos que un tema principal del libro era describir esta lucha principal, que consistía de varias luchas, en la cual Enós entreteje algunas bendiciones recibidas y prometidas.

Esta lucha está incorporada en el contexto de una oración. La lucha y la oración tienen un flujo progresivo. Enós comienza primero preocupado “por [su] propia alma” (v 4), una lucha muy personal y tal vez egocéntrica. Después, su atención se dirige a sus hermanos: “[E]mpecé a anhelar el bienestar de mis hermanos los nefitas; por tanto, derramé toda mi alma a Dios por ellos” (v 9). Finalmente, su deseo se extiende a los que para ese tiempo ya eran los enemigos de su pueblo: “[O]ré a él con mucho y prolongado ahínco por mis hermanos, los lamanitas” ( v 11 ).

El tema de la oración en el libro de Enós hace juego con algunos pasajes del libro de Génesis. Cuando la primera familia empieza a crecer fuera del jardín de Edén. Posterioremente a lo sucedido entre Abel y Caín, la generación después de Set parece haber empezado bien. “Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová” ( Gén 4:26 ). El nombre “Enós” en hebreo significa hombre o humanidad (אֱנוֹשׁ). En el tiempo de este “Enós” bíblico, las personas empezaron a hacer oración. El Enós del Libro de Mormón también es reconocido por su oración. Parece que Enós supo bien los relatos de Génesis, cualquiera que haya sido la forma en que estaban escritos en las planchas de bronce. Este término se vuelve a usar en Génesis con el patriarca Jacob, ahora como sustantivo en vez de nombre, y también está relacionado con una lucha: “No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (Gén 32:28). La palabra traducida como “hombres” es “enós” en plural, “enoshim” (אֲנָשִׁים). Seguramente, al leer las escrituras, Enós se habría comparado con el relato del partriarca Jacob, de esa lucha que tuvo aquella noche destinada (Gén 32).5

Si logramos comprender o ver algunos detalles de la lucha del patriarca Jacob, podremos entender el estado de estrés en el que estaba Enós aquel día. Génesis 32 se trata de la inquietud que tenía Jacob de encontrarse con su hermano Esaú de nuevo. El último encuentro entre Jacob y su hermano Esaú no había terminado bajo buenos términos; Esaú lo quería matar (Gén 27:41). Para enfrentarse con su hermano, Jacob se prepara, enviando algunos mensajeros y lo que parece ser un regalo de posesiones (32:3-5, 13-15). Jacob tenía todo motivo para angustiarse al enterarse de que su hermano ya venía con 400 hombres (vv 6-7). Es necesario entender lo difícil de las decisiones que tuvo que tomar Jacob en esta ocasión. Él “dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo” con el plan de que si su hermano atacara uno, “el otro campamento escapar[a]” (vv 7-8). Al dividir a su familia, estaba decidiendo quién moriría primero, los de un campamento o los del otro. Solo uno de los grupos podría sobrevivir. Es en ese momento que Jacob se pone a orar, recalcando las promesas que había recibido antes (vv 9-12). En Enós, vemos un nivel de conocimiento y confianza en el Señor: “Y yo, Enós, sabía que Dios no podía mentir” (Enós 1:6). En cambio, el estrés de Jacob le hace reclamarle a Dios: “[O]h Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien” (Gén 32:9) y luego: “Y tú has dicho: Yo te haré bien” (Gén 32:12). Se nota un nivel de duda o desesperación en la oración de Jacob. Con temor del futuro, Jacob clama: “Líbrame ahora de manos de mi hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos” (v 11). Jacob no sabía qué le esperaba. Al salir de su tierra, Jacob había hecho voto de que si Dios lo protegía, aceptaría a Jehová como su Dios (Gén 28:20-21). Hasta este momento, no había reconocido explícitamente a Jehová como su Dios, solo era el “Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac” (Gén 32:9). Enós también dijo que “las palabras que frecuentemente había oído a [su] padre hablar … penetraron [su] corazón profundamente” (Enós 1:3). Ambos hombres confiaron en las creencias de sus padres. Pero los escritos de Enós son sus propias palabras y él nos relata su progreso. No es hasta después de recibir el perdón de sus pecados (usando la razón por la que suplicó por su propia alma) que declara: “[M]i fe en el Señor empezó a ser inquebrantable” (Enós 1:11). Aunque son distintos los relatos, Enós logra proyectar que tal como el patriarca Jacob estaba preocupado por la seguridad de su familia y recibió una bendición de Dios, él de igual manera estaba angustiado por su propio bienestar, y el de los nefitas y lamanitas. Jacob quería proteger a su familia y Enós quería que Dios “preservara una historia de [su] pueblo” (Enós 1:13), o sea, las Escrituras.6 Ambos hombres tuvieron una lucha que les cambió la vida (Gén 32:24 ; Enós 1:2). Durante la “lucha ante Dios” que tiene Enós, él recibe la confirmación de varias bendiciones (vv 5, 10, 12, 16).

Todo esto se puede comparar con la experiencia de José Smith. Él también se había retirado “al bosque”: “[M]e arrodillé y empecé a elevar a Dios el deseo de mi corazón” (JSH 14-15). José Smith relata un aspecto de su angustia después de haber leído Santiago 1:5 :

Lo medité repetidas veces, sabiendo que si alguien necesitaba sabiduría de Dios, esa persona era yo; porque no sabía qué hacer, y a menos que obtuviera mayor conocimiento del que hasta entonces tenía, jamás llegaría a saber; porque los maestros religiosos de las diferentes sectas entendían los mismos pasajes de las Escrituras de un modo tan distinto, que destruían toda esperanza de resolver el problema recurriendo a la Biblia. Finalmente llegué a la conclusión de que tendría que permanecer en tinieblas y confusión, o de lo contrario, hacer lo que Santiago aconsejaba, esto es, recurrir a Dios. (JSH 12-13)

A diferencia del recurso literario que tenían los autores bíblicos de ampliar los acontecimientos, la costumbre moderna de José Smith era contarnos de su momento de “tinieblas y confusión”.

Es posible creer que la oración literalmente duró todo el día hasta anochecer. Sin embargo, también se puede entender como un detalle literario para comunicar la gravedad de su angustia por su propia alma y también por la preservación de las Escrituras. Enós había salido a cazar bestias, lo cual significa que alguien en casa estaba esperando alimentos. Al anochecer, no sabemos si Enós ya había regresado a casa con comida. Solo dijo de él mismo: “Y mi alma tuvo hambre; y me arrodillé ante mi Hacedor” (Enós 1:4). Después de las luchas de la vida, Enós ganó un testimonio del Señor y terminó su libro con él:

Y pronto iré al lugar de mi reposo, que es con mi Redentor, porque sé que en él reposaré. Y me regocijo en el día en que mi ser mortal se vestirá de inmortalidad, y estaré delante de él; entonces veré su faz con placer, y él me dirá: Ven a mí, tú, que bendito eres; hay un lugar preparado para ti en las mansiones de mi Padre. Amén. (Enós 1:27)

1. Bruce R. McConkie, “Our Relationship with the Lord”, discurso dado en la BYU el 2 de marzo del 1982.
2. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, Vol. 1-4 (Salt Lake City, Ut: Deseret Book, 1988): 2:96-97.
3. Énfasis añadido en los tres versículos.
4. Una forma de la palabra wrestle (lucha) también sale en inglés describiendo una fuerte oración, pero no está en la traducción en español: “Alma se esforzó mucho en el espíritu, bregando con Dios en ferviente oración” (Alma 8:10; énfasis añadido). Donde dice: “bregando con Dios”, en inglés dice: “wrestling with God”.
5. Ya que el propio padre de Enós también se llamaba Jacob, para evitar la confusión el único “Jacob” que será mencionado en esta respuesta será el patriarca Jacob de Génesis.
6. Por saber de la futura destrucción de los nefitas, esto indica que no solo conocía Enós las historias de las planchas de bronce sino también los escritos de su propio tío Nefi que había profetizado de tal destrucción y el papel que tendría su registro para restaurar a los lamanitas (1 Nefi 12:14-23 ; 2 Nefi 26:15-17

Lecturas relacionadas

Book of Mormon Central en Español, ¿Cómo comparó Enós las escrituras a su propia vida? (Enós 1:27)" KnoWhy 265, (7 de diciembre del 2017)